jueves, 30 de mayo de 2013

Juan Valera (1824-1905)

20 05 1955 Don Juan Valera, filósofo 1 por Juan Zaragüeta
20 05 1955 Don Juan Valera, filósofo 2 por Juan Zaragüeta




29 03 1989 Juan Valera por Julián Marías
30 07 1988 Valera y Rubén Darío por Julián Marías
15 02 1995 Negativismo y adulación por Julián Marías

Página del autor en la Biblioteca Cervantes


07 10 1980 Yo y circunstancias en don Juan Valera por Julián Marías

Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936)

Se acaba de publicar, en dos gruesos volúmenes, la Obra Completa de don Ramón del Valle-Inclán, por primera vez, después de muchas dificultades. Al ver los larguísimos índices, he comprobado que, aparte de los artículos de prensa incluidos, había leído la mayor parte de estas obras. Fui lector entusiasta de Valle-Inclán desde mi primera juventud; tuve la fortuna de conocerlo en el Mediterráneo, a fines de julio de 1933. Valle-Inclán era director de la Academia Española de Bellas Artes de Roma; quiso volver a España con sus hijos, y fue a encontrar en Nápoles el buque de nuestro Crucero universitario, el "Ciudad de Cádiz". Viajó con nosotros de Nápoles a Palma de Mallorca, y de allí a Valencia; hacía su tertulia en la toldilla, y tuve ocasión de oír su ceceo ingenioso, malicioso, inventivo. Ramón Gómez de la Serna, escritor "químicamente puro", genial como Valle-Inclán, dijo de él que era "la mejor máscara a pie que cruzaba la calle de Alcalá". 

miércoles, 29 de mayo de 2013

Jacinto Octavio Picón (1852-1923)

Escritos en la Biblioteca Cervantes

20 06 1952 ABC Jacinto Octavio Picón por Federico Carlos Saínz de Robles

Benito Pérez Galdós (1843-1920)

Página del autor en la Biblioteca Cervantes

Galdós por Madariaga

La universalidad de Galdós por Madariaga

Anales galdosianos 1966-2002. Revista sobre la vida y la obra de Benito Pérez Galdós

Ramón Pérez de Ayala (1880-1962)

Obras y comentarios en Dialnet. Universidad de la Rioja

Ramón Pérez de Ayala en Mashpedia

05 08 1933 El Sol "El retablo del mar" en Londres



José María de Pereda (1833-1906)

Página del autor en la Biblioteca Cervantes

Emilia Pardo Bazán (1851-1921)

Página de la autora en la Biblioteca Cervantes

Armando Palacio Valdés (1853-1938)

Página del autor en la Biblioteca Cervantes

martes, 28 de mayo de 2013

José Antonio Muñoz Rojas (1909-2009)

Página del autor en la Biblioteca Cervantes


1941 Revista de estudios políticos Datos de la historia de las relaciones hispano-inglesas

09 10 2009 Centenario de José Antonio Muñoz Rojas por Gonzalo Anes

Gabriel Miró (1879-1930)

Artículo de Julián Marías: "Una biografía sosegada", sobre el libro, prologado por Marías: "Gabriel Miró en el recuerdo". Con un epistolario inédito de Miró. Heliodoro Carpintero. Universidad de Alicante (1983) 

Ficha del autor en la Biblioteca Cervantes

Marcelino Menéndez y Pelayo (1856-1912)

Acabo de hablar de don Marcelino Menéndez Pelayo en su Santander, en la Universidad Internacional que lleva su nombre. No está incluido en el admirable "espesor del presente" que caracteriza a la cultura española, que hace posible que autores muertos hace ya muchos años sigan plenamente vivos, sean leídos, no solamente estudiados, susciten admiración, repulsa, discusión.
Menéndez Pelayo no está presente. Nació en 1856, murió en 1912: una vida breve hasta en su tiempo, aprovechada con fantástica actividad. Creo que se explica esa ausencia de Menéndez Pelayo en el repertorio de aquello que pervive, con lo que, queramos o no, contamos siempre.



Francisco Giner de los Ríos (1839-1915)

Escritos en la Biblioteca Cervantes

Federico García Lorca (1898-1936)

Nos hemos acostumbrado, gracias a la longevidad actual, a celebrar los centenarios de los nacimientos cuando las personas recordadas están aún vivas o poco menos. En el caso de Federico García Lorca el centenario de su nacimiento en 1898 parece extrañamente lejano, ya que su temprana muerte en 1936 -a consecuencia de la doble criminalidad desatada durante la guerra civil lo relegó a la memoria hace tantos años.
Asistí a la mayor parte de la vida literaria de Lorca; lo conocí personalmente, en breves encuentros en la revista «Cruz y Raya», de la que fui colaborador a los veinte años, y en las actuaciones del grupo teatral La Barraca; asistí a las representaciones iniciales de algunas de sus obras teatrales. Tengo las primeras ediciones de algunos de sus libros: «Mariana Pineda» (en La Farsa, 1928), «Canciones» (1929), «Poema del cante jondo» (1931), «Canciones» (1930). . .


Angel Ganivet (1865-1898)

Escritos en la Biblioteca Cervantes

José Echegaray (1832-1916)

Escritos en la Biblioteca Cervantes

Rubén Darío (1867-1916)

Página del autor en la Biblioteca Cervantes

16 08 1979 Una primera imagen de la generación de 98
22 08 1979 La conquista de la herencia

03 07 1997 Los calificativos de la vida 

 Rubén Darío visto por Azorín por Jose Luis Cano

Joaquín Costa (1846-1911)

Escritos en la Biblioteca Cervantes

Luis Coloma (1851-1914)

Página del autor en la Biblioteca Cervantes

Clarín (1852-1901)

Portal de autor en la Biblioteca Cervantes


04 06 1952 ABC Los novelistas españoles y "Clarín" por Ramón Pérez de Ayala

09 02 1995 Dos hombres de la Restauración por Julián Marías

15 02 1995 Negativismo y adulación por Julián Marías


Emilio Castelar (1832-1899)

Emilio Castelar
El recuerdo del centenario de la muerte, en 1899, de Emilio Castelar, me ha hecho caer en la cuenta de haber sido bastante lector de sus escritos. Creo que son muy pocos los vivientes que han leído nada suyo; para la inmensa mayoría es simplemente un nombre borroso. Y, sin embargo, Castelar tuvo asombrosa popularidad, como nadie tiene ahora, ni puede tener; y no solo en España, sino también en Hispanoamérica y en casi toda Europa. Fue, sobre todo, orador, en una época en que la oratoria política era decisiva y se extendía en buena medida a los escritos, con tanta frecuencia impregnados de ella -piénsese en Víctor Hugo sobre todo-. No es casual que escribiese yo, hace medio siglo, el artículo dedicado a Castelar en el «Diccionario de Literatura Española» de la Revista de Occidente, con mayor información de la que puede encontrarse en voluminosas enciclopedias.
Por cierto, allí dejé una semblanza de su estilo literario, que no resisto a la tentación de citar: «Toda la prosa de Castelar es oratoria; su carácter primario es la elocuencia; su valor más alto, la musicalidad. Castelar usa el párrafo largo, larguísimo, con enumeraciones, reiteraciones, comparaciones, antítesis, que se hincha y retuerce armoniosamente, buscando más que otra cosa el cromatismo de las imágenes y la eufonía de las frases. En Castelar hay una última resonancia, amplificada y magnificada, del estilo romántico, y se anticipa en él uno de los elementos que constituirán el de Rubén Darío».
Fue Castelar un escritor torrencial, que dejó millares de páginas de historia, política, crónicas, novelas interminables. Casi todo olvidado hace muchos años. Yo lo leí en mi primera juventud por mi relación con mi padre, nacido en 1870 -de la generación del 98-, con quien hablé largamente de muchas cosas, que me transfirió una extraña familiaridad con el siglo XIX. Tenía muy vivas admiraciones: escritores tan interesantes como José de Castro y Serrano -tan mal tratado por Clarín, de quien algún día escribiré- o Mariano Pardo de Figueroa («El Dr. Thebussem»), José López Silva, aparte de Valera, Alarcón, Galdós, Zorrilla.


Sobre el peligro y la seguridad por Julián Marías

Gran recopilación de textos, como homenaje al autor en sus funerales. En periódicos de todo el mundo.


Escritos en la Biblioteca virtual Miguel de Cervantes

lunes, 27 de mayo de 2013

José Manuel Blecua (1913-2003)

De nadie se puede decir con plenitud cómo es, porque la realidad humana desborda de todas sus percepciones e interpretaciones; solamente la imaginación ayuda, cuando va acompañada de la efusión propia de la amistad, o el amor. Sin embargo, en condiciones afortunadas, se puede saber quién es otra persona, aunque ese saber no agote nunca su íntegra realidad: no la conocemos entera, pero ciertamente a ella misma.
A lo largo de tantos años, cerca de medio siglo, hay algo de lo que nunca he acabado de consolarme: no haber podido gozar del trato frecuente, acaso cotidiano, con mi amigo José Manuel Blecua. He vivido desde mi niñez habitualmente en Madrid. Blecua vivió muchos años en Zaragoza, luego en Barcelona. Nos hemos visto ocasionalmente en estas tres ciudades, alguna vez en Soria o en Columbus, Ohio. Es decir, de tarde en tarde; y hay que añadir que su sordera, cada vez más completa, ha sido siempre un obstáculo para la conversación. ¡Qué desastre! Porque Blecua ha nacido para ella, es un conversador ávido, inagotable, magistral. Por eso, entre otras cosas, es un genio de la amistad. Lo es tanto que esta condición emerge triunfante a pesar de todo: la ausencia, la distancia, la dificultad de la palabra.

Rafael Altamira (1866-1951)



Historia de España y de la Civilización Española

Pagina dedicada al autor en la Biblioteca virtual Miguel de Cervantes

25 11 1956 Menéndez Pelayo y Rafael Altamira

Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928)

Página en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

viernes, 10 de mayo de 2013

Gerardo Diego (1896-1987)

La longevidad frecuente en nuestro tiempo está alterando el sentido de los centenarios de nacimientos. Solían ser la conmemoración de algo lejano, una mirada hacia un pasado que se iba desvaneciendo en el olvido. Ahora están en muchos casos cerca de la muerte de quien se recuerda, y en algunos casos antes de ésta. Fue lo que sucedió con Manuel Gómez Moreno, Vicente García de Diego, y a falta de cuatro meses Ramón Menéndez Pidal.
Ahora hace un siglo que nació en Santander Gerardo Diego. Pero vivió hasta hace solamente nueve años, en 1987; me enteré de su muerte volando hacia su ciudad natal. Había sido tan próximo, y durante tantos años, que me cuesta un esfuerzo pensar en su centenario. Y hay una razón más para esta extrañeza: era, fue siempre, un "joven poeta" de ese grupo que se llama "del 27", que ha conservado esa figura y en cierta medida esa actitud.